¡Con los medios NO-DOy abasto!

 

Seguro que ustedes también lo han notado, porque si están viendo esta cadena, es que tienen información privilegiada, dentro del conjunto de melillenses “superinformados”, con miles de palabras escritas cada dia acerca de lo bien que hace las cosas el Gobierno de la Ciudad y lo mal que lo hace… la Oposición. Que de todo lo malo que ocurre en la ciudad, la culpa es del Gobierno Central y de todo lo bueno, del Gobierno Local que, incluso, se hace dueño de cuestiones que deberían de ser competencia de la nación, para defender los intereses de Melilla, ante la pasividad del Gobierno de España. Y es que, esta semana, tal como otras tantas, se sigue produciendo el fenómeno de la “Melilla Paralela” cuando uno lee los periódicos, en esta ocasión, el número de participantes en el acto asambleario de fin de semana convocado por Coalición por Melilla, según los medios de comunicación que sobreviven gracias al dinero público, apenas 500 personas, la realidad más de 1000.

Desgranemos, por aquello de dotar de evidencia el hecho consumado, el asunto en cuestión. CpM convoca a los medios de comunicación a las 5.30 de la tarde, el acto asambleario estaba, sin embargo, convocado para las 5 de la tarde. A las seis menos cuarto, los medios de comunicación son conducidos a la parte alta, o gallinero, del Salón de Actos del Instituto Leopoldo Queipo para tomar las pertinentes fotos y video del escenario montado al efecto y de alguna gente que aún estaba entrando. Una vez llegadas las 6, los medios son conducidos de nuevo abajo, donde se permite que durante un breve espacio de tiempo, se tomen fotos y video desde la primera fila hacia atrás, donde ya se podían ver todas las sillas de la platea llenas, además de un cúmulo de gente bastante importante de pie, al fondo y laterales del recinto. Una vez que se han tomado las fotos desde aquí, se le pide a los medios de comunicación que desalojen el lugar ya que se trata de un evento privado. Apenas dos horas más tarde, el periódico digital radioolamelilla.com, dirigido por Miguel Angel Valencia, publicaba una buena serie de fotos donde se podía ver claramente que la platea del recinto estaba repleta, y que había un público bastante numeroso de pie en la parte trasera y los laterales. Las fotos, tomadas por el propio Valencia, fueron realizadas a la misma vez y desde el mismo lugar que el resto de los medios de comunicación. El periódico radioolamelilla.com, ya decía que en aquel recínto debñia de haber, y cito “unas mil personas”. El cálculo es fácil, si el número de asientos asciende a casi 900 plazas y hay unas 100 personas de pie, y seguían entrando hasta pasadas las seis, sólo cabe una explicación, allí habría unas 1000 personas. Y no es que Miguel Angel Valencia sepa contar mejor que los demás, ya que parece extraño que los demás medios anunciaban al dia siguiente la cantidad coincidente que redondeaba los 500 asistentes, yo, que soy docente, si me pasa esto corrigiendo un exámen, a Valencia le pongo un 10 y a los demás los llevo a septiembre… por copiar. Parece curisoso, que hasta hace pocos días, el Gobierno Local y el Partido Popular de Melilla, aseguraban que Coalición por Melilla estaba quedándose sin seguidores en sus filas y que su discurso, y cito “ya no se lo cree nadie”, que dijeran Conesa, Marin y el propio Imbroda. El aceptar, que en tan sólo unos dias, este mismo partido lograra que más de 1000 afiliados acudieran a una asamblea un sábado por la tarde, supongo que es como tragarse un sapo del tamaño de Tokio, sobretodo porque no se recuerda una asamblea del Partido Popular tan multitudinaria, que siendo en el Palacio de Congresos, como mucho reune a… bueno, pues eso, a 500 personas.

 

No contentos con esto, durante toda la semana, distintos miembros del gobierno se han dedicado a valorar la supuesta arenga del presidente del partido Coalición por Melilla, el mencionado sábado, con un sinfín de calificativos hacia Aberchán, Coalición y la madre que los parió a los dos, que venían a decir de todo menos guapo. La cuestión, de nuevo, es que a las 6 de la tarde, TODA LA PRENSA fue escoltada fuera del recinto, por ser el acto de Coalición un acto PRIVADO. Ninguno de los medios de comunicación, políticos, opinadores y editorialistas que han valorado tan profundamente el contenido del discurso de Aberchan, tenian LA MÁS PAJOLERA IDEA de lo que Aberchán había dicho, porque, simplemente, no estuvieron allí, siendo esto, cuanto menos, peligroso. Vuelve a ser curioso que, para quitar hierro, importancia y validez a una convocatoria de movilizaciones, en principio legal y dentro del marco de derechos adquiridos gracias a la Constitución Española, el tufillo a “radicalismo” que además atenta contra la “pacífica convivencia” de los melillenses, era algo NECESARIO.

 

Dicho esto y, como siempre, hay que entender el porqué existe tal diferencia entre la realidad y la Melilla de los medios de comunicación que sobreviven gracias a los convenios publicitarios con la Ciudad Autónoma. En Melilla pasa algo que no tiene parangón con el resto de España, y yo creo que casi del mundo; en una ciudad de poco más de setenta mil habitantes se publican tres diarios locales impresos (Melilla Hoy, El Faro, El Telegrama), tres digitales (Melillense.net , Infomelilla.com y Radioolamelilla.com), cinco emisoras de radio (SER, Cuarenta, Dial, Onda Cero, Cope, Es Radio, RNE) y tres televisiones (TVM, Cablemel TV y Popular TV). No nos vamos ahora a porner estupendos indicando el número de lectores/oyentes/televidentes y asumiremos que la gente de Melilla se aburre tanto que no tiene otra cosa que hacer que ver todas las cadenas de televisión de melilla, oir todas las emisoras de radio de Melilla, navegar por todos los portales de informacion de Melilla en internet y leerse todos los periódicos de Melilla, todos los dias… Lo importante es que, aunque mucha gente no lo sepa aún, los medios de comunicación son extremadamente costosos de mantener y la única fuente de ingresos que pueda soportar el gasto y producir beneficios es la inserción publicitaria. Ien una ciudad como Melilla, donde el negocio se ciñe prácticamente a los 13 kilómetros cuadrados de nuestra tierra, con AFORO de importación sobre la mercancia recibida, que no vendida, además del coste del transporte de la mercancia y un sinfín de etcéteras que hacen de la empresa melillense algo para pensárselo dos veces, no existe mercado suficiente, vamos, ni por asomo, para sostener 14 medios publicitarios, tan sólo un portal de internet, que es la fórmula más barata de producción de noticias, ya tiene al menos un periodista contratado, cámara, ordenadores, gastos de alojamiento, un informático, un diseñador gráfico, un local, teléfono, conexión a internet, un fax… en fin, que necesitaria que al menos 10 comercios le pagaran unos 300 euros mensuales para poder medio sobrevivir dignamente y no tener que cerrar.

 

Encontrar la respuesta a la proliferación de tantas empresas no exige ningún exhaustivo esfuerzo investigador: la Ciudad Autónoma, a través de los convenios de publicidad, contribuye a la financiación de los medios de comunicación social. Y no contribuye con cuantro duros precisamente. Según el modelo de contrato que publicara ya en el 2002 el periódico digital (sin convenio) Melillense.net, la ciudad autónoma compra los derechos de uso de 650 módulos al trimestre (unas 16 páginas de periódico) para insertar la publicidad que estime oportuna, lo que arroja la friolera cantidad de 4.000 euros por página, 4.000 euros de todos los ciudadanos, por cada página de periódico comprada por la Ciudad Autónoma con el objeto, y cito “de la realización de acciones para el desarrollo de actividades informativas que supongan la creación de espacios específicos”, o lo que es lo mismo, para poder insertar anuncios de la gestión de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Melilla, al margen de la GRATUITA que se produce normalmente cuando un medio informa. Para que ustedes lo entiendan; la Ciudad Autónoma, pagando 4.000 euros por página ya en el 2002, pretende con este contrato usar los espacios publicitarios del medio de comunicación para reiterar al ciudadano lo que ya se le ha dicho en la portada, la apertura y la noticia. Por ejemplo, la Ciudad Autónoma pagó por poner durante varias semanas una página en el periódico de publicidad sobre la apertura del Parque Hernández, cuando se trata de una noticia a la que se le ha dado más cobertura mediática que a Belén Esteban, difícilmente a alguien se le ha podido escapar que se ha abierto el parque y lo que se ha invertido en él, sobretodo si lee el periódico en el que, precisamente, se ha publicado el anuncio.

 

Una de las cosas más interesantes del asunto, sin embargo, se encuentra en el acta de la sesión del Consejo de Gobierno, de 3 de mayo de 2004, en la que se acuerda o justifica la «política de redistribución y racionalización del gasto en publicidad e información».

 

El documento, contiene la realización de «un profundo análisis presupuestario de los capítulos II y IV de gastos corrientes. Un análisis que deberá tener repercusión en el Presupuesto de 2005. Cito el documento en cuestión: «no sólo habrá que estudiar el carácter del gasto y su naturaleza más o menos prescindible sino analizar el impacto económico y social que ese gasto produce en la sociedad y en el prestador del servicio como empresa que, a su vez, se mantiene con dicho gasto».

 

Más adelante, bajo el epígrafe «Publicidad e Información», dice que «En esta partida se produce nítidamente lo que se reflejaba en las consideraciones generales, o sea, el gran impacto que al tejido productivo privado le supone. No en vano es un sector que conlleva muchos puestos de trabajo y que fundamentalmente se sostiene localmente con la prestación de servicios que realiza a la Ciudad Autónoma, puesto que de otro modo no podría sostenerse».

 

De la lectura de los textos anteriores entendemos que el sector, el de los medios de comunicación se supone, tiene muchos puestos de trabajo, y que «fundamentalmente se sostiene localmente con la prestación de servicios que realiza a la Ciudad Autónoma, puesto que de otro modo no podría sostenerse». Osea, que se puede entender que existe dependencia económica fundamental por parte del sector «puesto que de otro modo no podría sostenerse», de ahí que me refiera a los medios de comunicación de Melilla agraciados con el convenio, como “medios que sobreviven gracias a los convenios publicitarios”. Ahora bien, si a esta aseveración sobre la viabilidad del sector unimos que se produce «con la prestación de servicios que realiza a la Ciudad Autónoma»… debemos volver al contrato, en concreto al punto III, que dice y cito: «Que la Ciudad Autónoma de Melilla considera conveniente el uso de los recursos de esta empresa al objeto de llegar a la Sociedad con los contenidos informativos relacionados con los fines antes mencionados y como vía de difusión de las actividades de todas sus áreas aprovechando la estructura empresarial anteriormente descrita que (aquí viene el nombre de la empresa contratante) ofrece a la Ciudad Autónoma en virtud de ese convenio para su utilización.”

 

O sea, dependencia económica fundamental por un lado, y, por otro, vía de difusión de las actividades de todas las áreas de la Ciudad Autónoma, mmm, seguro que si usted tiene más de 45 años ya tiene la musiquita en la cabeza y una panorámica de la inauguración de un pantano.

 

Más adelante, en el documento del acta del Consejo de nuevo, en el apartado de las primeras medidas a adoptar, está escrito que es una y cito: «medida esta del convenio con todas las empresas locales que es muy acertada en tanto en cuanto se produce una igualdad de oportunidades para todos y equitativo reparto del gasto entre ellas, a lo que había que añadir la ausencia de métodos de favoritismo que corromperían la libertad e imparcialidad de los medios de comunicación». Después de leer esto, uno se pregunta porqué hay medios, como esta santa casa, que no recibe un duro de la Ciudad Autónoma, cuando es de los pocos, junto con los de internet, que pueden demostrar con datos objetivos, la difusión que tienen, ya que para ello pueden aportar el número de visitas reales a su portal online o, en el caso de Cablemel TV, el número de socios, que incrementa cada dia de manera exponencial. Parece curioso, además, que sea precisamente esta casa la única que critica la acción del Gobierno Autonómico, pone en tela de juicio sus decisiones y expone los datos que todo melillense debería conocer ya que uno de los objetivos de este convenio, y cito el contrato: “es ser una vía de difusión de las actividades de todas sus áreas”. Les hago una pregunta muy simple ¿Recuerdan ustedes algún artículo, editorial o anuncio, donde se critique la acción del gobierno actual? Les reto a que me manden aunque sea un ejemplo a la dirección info@lalupadeyasin.com. No parece lógico que, siendo un gobierno que maneja, en régimen de mayoría absoluta, más de 250 millones de euros, es decir, más de 41.500 millones de las antiguas pesetas, cada año, no tenga dedicada, aunque sea una línea, de crítica, siendo que la oposición al gobierno, que ni siquera cobra de las arcas públicas, reciba palos un dia si y otro también. No es normal que las asociaciones, federaciones, grupos ecologistas y demás sociedad civil que critica la acción de gobierno, rápidamente es contestada en todos los medios de comunicación, cuanto menos con el doble de espacio que el dedicado a la anteriormente mencionada sociedad civil, si se puede hasta en la misma edición donde se ha producido la noticia crítica, y cuanto más, pues incluso te dan tortas en los editoriales, los mismos editores, dicho sea de paso, que le cobran a la ciudad autónoma 4.000 del ala por cada una de las 16 páginas que ya en el 2002 contrataba cada tres meses, bajo los convenios publicitarios de marras.

 

Pero si la Administración local no es la propietaria de las empresas editoras, ¿cómo se produce la transferencia de fondos públicos a sociedades privadas cumpliendo, en rigor, toda la normativa?. La solución del Gobierno local no puede estar al margen de la ley ya que obviando la normativa sobre contratación pública, se alteraría la libre competencia otorgando subvenciones a empresas, que son privadas, muchas de ellas además, franquicias de empresas de ámbito nacional.

 

La estrategia diseñada por la Ciudad Autónoma es presentar bajo la figura jurídica del convenio de colaboración algo que debería concertarse como un contrato administrativo, lo cual evidenciaría la ilegalidad del asunto, claro.

 

La Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, excluye de su aplicación a los convenios de colaboración que celebre la Administración con empresas o particulares si su objeto no está comprendido en los contratos administrativos. Si el objeto de los convenios firmados por la Ciudad Autónoma y los medios de comunicación es la publicidad institucional y administrativa, y la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas encuadra esta categoría en el concepto de contrato administrativo de servicio, es lógico pensar que la Ciudad Autónoma podría estar incumpliendo las normas sobre procedimiento de selección y adjudicación de contratos.

 

 

En Melilla, en relación al cumplimiento de las normas de contratación administrativa, el propio presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, declaró el 13 de julio de 2005, en el transcurso de la sesión del Pleno de la Asamblea, que el dinero pagado a los medios de comunicación social retribuye los servicios que prestan a la Ciudad Autónoma. Se puede entender del contenido de la declaración de Imbroda que reconoce la existencia de una contraprestación de servicios, o sea, presuntamente unos servicios que entrarían en el ámbito de aplicación de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas. Es, y permítanme el simil, como pagarle a una compañía aérea 10 millones de euros para que nos inserte publicidad, con el fin de que la compañía sea proclive a poner paquetes de precios más bajos para que podamos viajar, mmm esperen un momento, ¡pero si eso ya está pasando!. ¿Convenios convenientes o subvención encubierta?

 

Bueno, mi pregunta ¿la Ciudad Autónoma está entonces subvencionando a algunas empresas de los medios de comunicación?.

 

Ninguna Administración contrata a casi todos los abogados, médicos, empresas de limpieza o de mantenimiento establecidas en una ciudad para que le presten los servicios correspondientes y mucho menos lo hace con todos menos con los que le caen mal. Sólo resultan adjudicatarios de los contratos quienes presenten la mejor oferta y aseguren un buen servicio. Sin embargo, por ejemplo, en relación con los medios escritos, la Ciudad Autónoma tiene convenio con todos los periódicos, incluso con aquellos que no se someten a control objetivo alguno de su difusión, y por supuesto, sin que ninguno haya sido sometido a un análisis de audiencia riguroso y objetivo y… bueno periódico, al menos marcando los tiempos de reevaluación de los contratos para ajustarse a la realidad objetiva.

 

La Ciudad Autónoma podría estar manteniendo artificialmente a la mayoría de las empresas de los medios de comunicación de ámbito local. Y digo esto porque una frase parecida se encuentra en las argumentaciones que se citan en el acta de la reunión del Consejo de Gobierno (03/05/2004 Pg. 11) en la que se aprueba el gasto de los citados convenios de publicidad y citamos: «es un sector que conlleva muchos puestos de trabajo y que fundamentalmente se sostiene localmente con la prestación de servicios que realiza a la Ciudad Autónoma, puesto que de otro modo no podría sostenerse». Por tanto, se puede deducir que estas empresas sólo subsisten por el generoso esfuerzo de los contribuyentes melillenses. Sin los fondos públicos es posible que esta mayoría de empresas viera en grave peligro su estabilidad por una más que obvia saturación del mercado en el ámbito local. Fíjense que hablamos del año 2004, hoy, en el 2011, hay aún más empresas de medios de comunicación en Melilla, y seguirán llegando más, unas reciben el convenio de colaboración, otras, como esta casa, siguen sin recibirlo. Y la cuestión es que no hay un sólo factor objetivo a la hora de decidir qué medio recibe el convenio y que medio no.

 

Hace unos dias hablaba yo con la compañera directora y editorialista de la Diana, Irene Flores, acerca de la equivocación cometida por su medio, entre otros, a la hora de contar los asistentes de la asamblea de CpM, le dije que era curioso, cuanto menos, que todos los medios de comunicación que reciben convenio publicitario, coincidían en restar la mitad de los asistentes al acto, a lo que ¡, como un resorte dispuesto para cazar ratones me dijo “Convenio suscrito por Pepe Megías durante el gobierno de Aberchán, precisamente”. Curisoso también, creo es, que este mismo argumento haya sido utilizado hasta la saciedad por distintos miembros del Gobierno Local para contestar las cientos de preguntas que sobre este asunto han realizado los miembros de la oposición en los plenos de control. Creo que llegado este momento, es justo pues aseverar que el actual sistema de reparto no se ha inventado ahora. No, efectivamente, viene de atrás, se inventó durante la etapa de José Megías Aznar como consejero de Presidencia en el ejecutivo presidido por Mustafa «Aberchan» aunque no hubo contratos firmados y las cantidades mensuales percibidas eran menores. Vayamos por partes, ¿cuál era la situación de partida después de las elecciones locales de 1999 y la toma de posesión de sus cargos de los miembros del «Gobierno Aberchan»?. El entonces consejero de Presidencia y portavoz del «Gobierno Aberchan» informaba de la gestión del anterior ejecutivo presidido por Enrique Palacios diciendo, y cito: «…el gasto efectuado en publicidad por el anterior ejecutivo en los primeros seis meses del año asciende a 153 millones de pesetas mientras que lo presupuestado es de 120 millones de pesetas”, lo que significaba, que a partir de ese momento, vuelvo a citar: «no se puede poner, hoy por hoy, ningún anuncio». Asimismo también recordaba que un diario local acababa de ganar un caso presentado ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía por habérsele discriminado en el reparto de la publicidad institucional y que el fallo del tribunal supondría un gasto extra en este capítulo de 70 millones de pesetas más, con ello la cantidad global superaría los 200 millones de pesetas, cifra que para Megías era, y cito: «increíble para la imagen de la gestión del ejecutivo de una ciudad de 60.000 habitantes».

 

Según publica el diario en internet Melillense.net, Megías declaró además que, los representantes de los medios de comunicación «presionaban» porque se les adeudaban facturas devengadas durante la gestión del gobierno precedente, el presidido por Enrique Palacios, que tuvo como consejero de Economía a Juan José Imbroda. En este clima reinante, Megías, según deduce el mismo medio antes referido, «pactó» con los representantes de los «medios» ciertas cantidades a percibir mensualmente. Estas cantidades iban de tres millones al mes para el medio que más cobraba hasta unas setecientas mil el que menos, según cita melillense.net ser informado por fuentes provenientes de «El Telegrama».

 

Sin embargo, no queda claro cuándo se produce este supuesto «pacto». El Gobierno «Aberchan» no pagó factura de publicidad alguna hasta que se inició el nuevo ejercicio, el año 2000. Es decir, el «Gobierno Aberchan» que dura un año (desde julio de 1999 a julio de 2000), en su primera parte no efectúa pagos de las facturas devengadas con anterioridad a su gestión, éstos sólo se realizan en el primer semestre del 2000. En julio de ese año «Aberchan» fue sustituido por Juan José Imbroda a través de una moción de censura. Este hecho, el de los pagos concentrados en corto espacio de tiempo, se confirma en las declaraciones de Imbroda durante uno de esos Plenos de la Asamblea sobre el Estado de la Ciudad a los que nos referíamos antes, en las que se refiere a sólo cinco meses de gestión del Gobierno Aberchan y no a todo el año que duró la gestión de éste (dividido en dos ejercicios). Así, tenemos que entender que esos pagos efectuados, a los que aludió Imbroda en su intervención, eran imputables también a cantidades devengadas durante la gestión del «Gobierno Palacios» e, incluso, de gobiernos anteriores presididos por Ignacio Velázquez (PP), aunque estas cantidades eran mínimas. Asimismo, el cobro, en marzo o abril del 2000, de una cantidad de unos treinta millones, aproximadamente, por parte de la empresa editora del Melilla Hoy, fue consecuencia de cantidades que se le adeudaban al diario de la última época de Ignacio Velázquez como presidente de la Ciudad Autónoma y Antonio Ramírez como jefe de Prensa y encargado de las órdenes de Publicidad. Para resumir, que el pacto con los medios de comunicación de Megías, bajo el Gobierno de Aberchán, son las churras, es decir, una manera de solucionar el gravísimo problema del gasto excesivo en publicidad mantenido por los anteriores gobiernos y que había hecho superar con creces el presupuesto previsto para ello y que las cantidades percibidas por los medios son las merinas, es decir, es el dinero que ya se le adeudaban a algunos medios de comunicación, independientemente del pacto o pactos firmados. Lo que es indudable es que, no se puede juzgar un convenio de colaboración fruto de la premura por cuadrar cuentas en un gobierno de apenas nueve meses, con la misma vara de medir, que un convenio firmado y vigente y renovado durante ya más de 10 años, apoyado por la aprobación de los presupuestos cada año legislativo.

 

 

Hay que señalar que las subvenciones, cuando falsean o distorsionan la libre competencia favoreciendo a determinadas empresas o producciones en detrimento de otras, son contrarias a la normativa comunitaria. En la Unión Europea se prohibe la concesión de ayudas públicas a las empresas por ser incompatibles con el mercado interior, por lo que cualquier persona puede presentar una denuncia ante el órgano comunitario (Comisión Europea. Dirección General de Competencia) o nacional (Ministerio de Economía y Hacienda). Pero también se pueden utilizar otros caminos distintos para velar por el cumplimiento de la normativa sobre contratación administrativa y competencia, a saber los órdenes jurisdiccionales penal y/o contencioso-administrativo. Volviendo al principio de este análisis, si los medios de comunicación que sobreviven gracias a los convenios de colaboración con la Ciudad Autónoma siempre, pero siempre, aciertan a coincidir, e incluso a adornar, los argumentos de su mecenas, es decir la Ciudad Autónoma, y por ende, el partido que la gobierna, es decir, el Partido Popular, y los medios que no viven de los convenios de colaboración, como este mismo, siempre, pero siempre, aciertan a contar, lo que otros callan, maquillan o diretamente manipulan… aquí debe haber gato encerrado.

2 comentarios en “¡Con los medios NO-DOy abasto!

  1. PeriodistaMelilla dice:

    Muy interesante su análisis del espacio mediático melillense. Debo decirle que creo que tiene usted gran parte de razón, por no decirle que la tiene toda.

    De hecho resulta curioso como el tema de las subvenciones a los medios de comunicación es tabú y se silencia, por ejemplo, pese a haber sido debatido en un pleno de control, eliminándose convenientemente del informativo esa pregunta o interpelación por orden de la dirección del medio. En dos ocasiones intenté contarlo, la segunda lo conseguí con la correspondiente «bronca» monumental. ¿Qué hacer?

    Saludos desde las trincheras.
    Un periodista.

    1. LQQDD dice:

      Estimado compañero,

      «Con la Iglesia hemos topado». Este es el gran problema de la ciudad. Fíjese, yo tengo mis convicciones políticas y, como es obvio, me gustaría que gobernara el partido que me gusta pero se que si la mayoría decide que sea otro partido el que gobierne y además lo hace en mayoría absoluta, pues no voy a poder hacer más que aceptarlo. Aqui la cuestión es que, la democracia, aún cuando permite que haya un partido gobernando en mayoría, no puede olvidar que quienes no les han votado, que no son pocos, TAMBIÉN tienen derecho a opinar y que se les escuche, muchas veces con un tono crítico a la acción del gobierno, que si bien luego no es vinculante a la hora de tomar decisiones, si que lo es a la hora de que la opinión pública juzgue y eso, a la larga, haga que el mismo electorado del gobierno, lo fuerce a ceder. Te pongo como ejemplo la decisión de Aznar de llevarnos a la Guerra de Irak, que hasta los mismos votantes del Partido Popular rechazaron. Si en Melilla, no hay libertad para que alguien le haga «sombra» al Gobierno, ni en el Palacio de la Asamblea con reglamentos leoninos para que la oposición sea inexistente, ni en los medios de comunicación que sobreviven gracias a los convenios publicitarios con la ciudad autónoma, ya me dirás que tipo de gobierno es este, no puedo conformarme con ello, porquela mayoría absoluta no les da derecho ningunear a la oposición y menoscabar la libertad de información y de expresión.

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